martes, 23 de noviembre de 2010

Cristianos amenazados


En España, en 2008, se atendieron en los centros asistenciales de la Iglesia, según datos oficiales, a 3 millones de personas. Pero la crisis ha ido en aumento, el paro también y por eso al año siguiente la cifra se superó con creces. En 2010 se habrán superado también los 4 millones de personas a quienes Cáritas y las citadas organizaciones han atendido, sin esperar nada a cambio.

Esto ha sido posible gracias a la generosidad de los cristianos anónimos, pero también gracias a los voluntarios y voluntarias, que han organizado tanto las campañas como el servicio de atención a los necesitados. Han dedicado lo mejor de sí mismos y de su tiempo, a paliar las necesidades sociales de sus conciudadanos. Ha aumentado el número de voluntarios y de horas de entrega y de servicio.

No han pedido nada a cambio. Su respuesta ha nacido de su fe y de su generosidad, en definitiva de su gran corazón. Les importan los Derechos Humanos, por supuesto, pero ponen en valor algo que va más allá, el amor y la caridad. Las personas atendidas han sido de toda raza, edad, sexo y condición social. Han atendido a españoles y extranjeros. Casi un 40 por ciento de éstos últimos han sido árabes. No se les ha preguntado su religión, pero a juzgar por su lugar de procedencia, se puede afirmar que son mayoritariamente musulmanes. ¿Y qué? Para ellos, los voluntarios cristianos, son simplemente “personas necesitadas”.

Convendría que el gobierno prestara alguna atención a los datos y a los hechos, por muchas razones. Primero, para respetar a la Iglesia y su labor social, imprescindible en tantos campos y para muchos de los más desfavorecidos; segundo, para dejar de acosarla y perseguirla injusta y continuamente o permitir que se haga, desde los medios, como si únicamente luchando contra la Iglesia y contra Dios, los demás pudieran ser libres; y finalmente, para reclamar reciprocidad en el trato y las ayudas para los cristianos españoles en otros países, donde están abandonados a su suerte.

Aunque no ha llegado la ley anunciada de la libertad religiosa, la libertad está siendo torpedeada desde las esferas del poder: primero no defendiendo el derecho fundamental a la vida, y respetando la familia, luego quitando los crucifijos en lugares públicos, y recortando los derechos de las representaciones religiosas, como la Navidad y Semana Santa, y la asistencia libre a los actos religiosos y tradiciones en los cuarteles, o en las procesiones, como el Corpus en Toledo, los homenajes a la Patrona de los diferentes ejércitos o cuerpos de seguridad. Por último y más actual el atentado a la libertad religiosa de culto, en la Basílica del Valle de los Caídos.

¿Por qué meter cizaña en la convivencia dando, con cargo a los presupuestos de 2010 más de un millón de euros a asociaciones que no buscan la tolerancia cívica y religiosa? ¿Puede sorprenderse el Gobierno de que pidan la VOLADURA del Valle de los Caídos? Y en plena campaña de Cataluña, en la Universidad de Barcelona, un grupo de personas perteneciente a una candidatura irrumpen en una clase, con un cartel de la silueta de una iglesia ardiendo, para decir que si ganan se quitará la capilla en la Universidad. Nadie ha protestado. Contra la iglesia todo vale.

Clarificaría mucho el panorama, si se hicieran públicos los dineros otorgados a todas las religiones existentes en nuestro país y a las distintas ONG. Primero porque son dineros de todos nosotros, y luego porque se debe saber cuál es su destino.

La religión, cualquier religión, debe tener un efecto benéfico primero sobre los que creen y viven en un entorno concreto de nuestros pueblos o ciudades; pero también debe ser un instrumento de integración social y de convivencia humana. ¿Es así? El respeto a los derechos humanos, la compasión y la igualdad entre hombres y mujeres no aparecen, ni siquiera en su país. Mientras en la mayoría de sus países de origen se encuentran las mayores fortunas del planeta, los desheredados tienen que arriesgarse a emigrar, y a veces sucumbir, en el camino o la travesía. ¿Les importa? ¿Qué hacen por ellos para que no se vayan o cuando están ya aquí? Nuestras autoridades complacientes ni se enteran mientras les ofrecen la alfombra educativa, sanitaria, y asistencial. Y a su país de origen, millones de euros, sin saber qué se hace con ellos.

Pudiera darse la circunstancia de que ciertos ciudadanos, se estén beneficiando de las ayudas del Estado, y también de las Comunidades Autónomas, de las Diputaciones, de los Ayuntamientos, de las Asociaciones benéficas y de la misma Iglesia. El descontrol y el río revuelto no es bueno para nadie. Hasta es posible que nadie llegue a socorrer a algunos de los verdaderamente necesitados. Sería terrible, pero no imposible. Deberíamos remar todos -de forma coordinada- a favor de los necesitados, primero aquí, y luego más allá. La Iglesia lo hace.
PUBLICADO en EL HERALDO DEL HENARES:
[24-11-10 23:33] - Cristianos amenazados ; NUEVA ALCARRIA 25-11-201;
La Esfera Digital,A favor de los valientes, 25-11-2010;EL DIA27-11-2010

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