lunes, 11 de abril de 2011

Los héroes. ¡Ya un mes!


Siempre me han fascinado los valientes; es decir, los luchadores. Pueden morir o ganar. Serán siempre un ejemplo. Tienen madera y espíritu de héroes. Son hombres y mujeres con energía y coraje. Los hay de todas las edades. Cuando todo un pueblo participa de esa grandeza es un ejemplo para la Humanidad.

Admiro a Japón y a sus ciudadanos desde mis tiempos en la Universidad de Estrasburgo. Tuve ocasión de convivir con personas encantadoras de este gran país. Ni he olvidado aquellos días, ni desde el terremoto y Tsunami y sus terribles consecuencias puedo olvidarme de este pueblo honorable.

La Comunidad Internacional ha quedado atónita ante la magnitud del desastre; mejor dicho, de la suma de tres desastres: el terremoto devastador, el tsunami arrollador, y la repercusión de la radiación nuclear. Asombra que no haya habido un movimiento de concienciación y canalización de ayudas para los damnificados, como sucedió con la tragedia del tsunami del 26 de diciembre de 2004 en Indonesia, o las catástrofes naturales de Haití, Chile, Pakistán, etc. ¡No se ha visto llorar a este pueblo! Transcurrido un mes, 13.116 han muerto y 14.377 siguen desaparecidos. 153.000 lo han perdido todo. Los daños, incalculables.

Quisiera rendir homenaje a este pueblo porque no me lo puedo quitar de la cabeza. Si algo podemos aprender, no es por estar en la confluencia de placas tectónicas. Ellos lo habían asumido, y hasta un cierto nivel, estaban preparados. Es su espíritu culto y su alma de líderes, capaces de sacar lo más valioso de sí mismos y de inspirar a otros a través del ejemplo, incluso en los momentos más difíciles. Todos interiorizan el dolor y se muestran solidarios y civilizados. No bajan la guardia ni claudican de sus principios. Una rápida muestra:

Niños. En la escuela Primaria de Kama en la ciudad de Ishnomaki, 30 niños de 8 a 12 años, esperaban pacientemente a su familia. Desde el día del terremoto y tsunami han vivido, sin agua, y cortes de luz. Han estado en vilo, pero juegan, duermen en los pasillos con los escombros, sin histerias, aguardado a los suyos. En su ciudad hay muchos desaparecidos.


Adultos. Hideaki Akaiwa, un hombre de 43 años, se puso un traje de buzo, y se sumergió en las aguas heladas llenas de escombros y hierros en la ciudad de Ishinomaki sepultada por el agua. Nadó sin descanso para buscar a su mujer y su madre. Si quería encontrarlas con vida no podía esperar a la llegada de los equipos de rescate. Dos días más tarde halló a su esposa. Eso le animó a seguir buscando en el entorno donde antes había 160.000 habitantes. Logró dar con la casa donde vivía su madre. Atrapada en la parte superior del edificio, la encontró seis días después de la tragedia.

Trabajadores. Es una nación de trabajadores extremadamente responsables. La relación de mutua lealtad entre empleados y empresa, es la básica. Produce admiración el poco o nulo absentismo, pese a la magnitud de los terremotos.


Los 50 ingenieros, y los voluntarios, cerca de 700 para los diferentes turnos, han seguido trabajando en el polvorín nuclear, luchando contra una posible fisión nuclear. Heroicos voluntarios kamikazes, no para matar, sino para dar su vida, por evitar una tragedia a sus conciudadanos. Sus madres y familiares les alientan, orgullosos. Posiblemente algunos, o muchos, hayan tenido que exponerse a una radiación letal en el desastre de Fukishima Daichi . “Estos, dice Iñaki Ezkerra, van a morir para salvar las vidas de sus compatriotas y la imagen del desprestigiado pabellón humano” (LR 8-4-2011).

Cuando la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) buscó voluntarios para participar en las operaciones, recibió varias candidaturas de empleados que habían sido evacuados al inicio de la crisis. Entre quienes se ofrecieron había un hombre que le faltaba muy poco para jubilarse. Su hija confesaba “no pude impedirme llorar cuando me enteré que mi padre iba a ser enviado…pero nunca he estado tan orgullosa de él”.


Los emperadores de Japón. Akihito y Michiko, (con 77 y 76 años), han visitado el centro Tokio Budokan en la capital nipona, donde están alojados 300 de los refugiados. La mayoría de los evacuados proceden de las provincias de Fukushima, Miyagi e Iwate, que tuvieron que abandonar sus casas después de la tragedia. El emperador se dirigió a su pueblo por sorpresa. Expresó su preocupación por el desastre nuclear y también se mostró emocionado por la calma y el orden que los ciudadanos japoneses están demostrando tras el terremoto y el tsunami.

¡No es para menos! Cada uno ha estado en su sitio. Este pueblo es admirable. No están hechos de otra pasta. Es un pueblo envidiable que compagina la tradición y los auténticos valores. El honor, el respeto, la cultura, la educación y el civismo son una realidad, en la prosperidad y en la adversidad. Se puede perder la hacienda, nunca la dignidad. ¡Qué envidia!
VEAN ESTO QUE SIGUE PARA COMPRENDER A ESTE GRAN PUEBLO:
http://www.youtube.com/watch?v=IfhbctMiU5g
http://www.abc.net.au/news/events/japan-quake-2011/beforeafter.htm
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES,[11-04-11 15:21] - Los héroes. ¡Ya un mes!.La Esfera Digital. Blog A favor de los valientes, Lunes 11 de Abril de 2011; NUEVA ALCARRIA,13-04-2011; BITACORA DE BELMONTE, EN CIVICA,Los héroes. ¡Ya un mes!
Enviado por BELMONTE el Mié, 13/Abr/2011 .

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