sábado, 23 de abril de 2011

Lo que no se puede perder, ya se ha perdido


No se puede perder la guerra en la que estamos embarcados, dicen. Han solicitado que se prolongue. No la puede perder ni Estados Unidos, ni nosotros, juntos o por separado. La nueva guerra en la que el Imperio y sus aliados han metido su maquinaria bélica, sin orden, ni objetivos, ni tiempo, se argumenta que “es justa”; que además de la razón tenemos también medios y fuerza. Pero aunque se ganara la guerra de Libia, habríamos perdido todos mucho más de lo que al fin se reconozca. Hemos bombardeado desde fuera a los libios partidarios del tirano, y desde dentro a los libios rebeldes, con las armas que vendimos -por dinero o por petróleo-. ¡Terrible, pero verdad! Sin embargo lo nuestro, dicen, es una “misión humanitaria”.

Es de hecho, una guerra de contradicciones. Es una guerra “extraterrestre”, porque no habrá despliegue terrestre. Obama, después de haber recibido el Premio Nobel de la Paz y de haber justificado en el discurso de recepción el concepto de la "guerra justa" decide implicarse. Intervendrá también en el país árabe, el pacifista Zapatero que retiró a sus soldados de Irak, sin acordarlo con los aliados, y se considera el impulsor de “la alianza de civilizaciones”. Por aire y mar, no se arrojan ni reparten alimentos o medicinas. Pero aquí no se llama guerra, sino “conflicto libio”.

¿Algún dirigente de la OTAN puede alegar haber puesto de su parte “todo” lo necesario para arreglar el conflicto? ¿Ha fracasado la diplomacia? ¿No sabían que “para que surja lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible”, como decía Hermann Hesse? ¿Por qué se dice que “la misión de las Fuerzas Armadas es abrir espacios para la política”? ¿No meten los políticos a los soldados y a la nación entera?

Los gobernantes modernos, ninguno, se considera dictador. Pueden tener su particular concepto de la democracia, de la libertad y de los derechos humanos. Y las Naciones Unidas como organismo supervisor, también tiene su peculiar visión de quienes respetan la legalidad internacional y quiénes no. Cuba, Venezuela, Irán, Corea del Norte, Sri Lanka, Myanmar e incluso China presentan conceptos especiales. ¿No puede haber incluso democracias totalitarias?

No hay que olvidar, actualmente, otro factor determinante: la crisis económica. “La guerra como factor de estímulo económico forma parte del esquema del complejo militar industrial que domina la estructura de poder de EU”, pero también de otros países. “Una economía que está en recesión siempre es aficionada a la guerra…zonas de conflicto…que llegado el momento provoquen necesidad de armas” (A.Gala).


Sorprende la indiferencia ante lo que sucede en Yemen, Siria, Bahréin, y las masacres, sucedidas en otros lugares. El doble rasero procede de la doble moral, o de la pura hipocresía.

La Humanidad no necesita un reajuste semántico para justificar lo injustificable, sino un reajuste moral para intentar la primacía del derecho y la libertad. La vida, en el espacio global, es un derecho para todos y para cada uno. La vida es lo que sucede mientras estamos en guerra con los otros. Y siempre es un desastre humanitario. Los muertos directos o “colaterales” por las bombas son seres humanos. Acabar con millones de vidas en el vientre de su madre, en los propios países, y fabricar armas que acabaran con otras vidas en países más o menos lejanos, son negocios diabólicos. ¡Son negocios! Lo que no se debía perder, que es la humanidad, la compasión y la vergüenza, se han perdido.

Se ha demostrado que es un tremendo error querer imponer la paz en un país, o en el mundo, por la fuerza de las armas. Tal vez la Humanidad en peligro en general, los aliados en particular, y todos y cada uno de los ciudadanos, deberíamos pensar en el mensaje fundamental de la Semana Santa. El Nazareno que entregó su vida en Jerusalén, enseñó un camino de paz muy distinto al de las armas. Y coincide con El Dhammapada (el camino de la verdad (o rectitud) del budismo): “Si un hombre conquistara, en una batalla, mil veces a mil hombres, y otro conquistara a uno sólo, a sí mismo, éste sería realmente el mayor de los conquistadores”.
http://www.youtube.com/watch?v=WaKTXXAqdm4&feature=player_embedded
PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES,[23-04-11 19:04] - Lo que no se puede perder, ya se ha perdido; LA ESFERA DIGITAL, Blog A favor de los ValientesLunes, 25 Abril 2011;

3 comentarios:

  1. "Las guerras que aterran"...

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  2. Las guerra$ que aterran.

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  3. Asi es Josema. En nombre de la paz.todos los paices declaran la Guerra.

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