Ni todos los días, ni los meses, ni
las estaciones, ni los ánimos son iguales. Mayo, por muchas razones, es
especial. Desde muy antiguo, el Romancero
viejo, recoge el ciclo de la naturaleza y su influencia y repercusión
en el ciclo de la vida del que se han venido haciendo eco los juglares. El
"Romance del Prisionero"
describe de forma lírica, la fiesta de la vida que contrasta, con la realidad
del prisionero:
Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor...
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor...
En una sociedad en contacto con la naturaleza, los ciclos naturales de las estaciones eran
ocasiones para manifestar los sentimientos humanos que brotan, de forma especial, en esas
ocasiones.
"Los mayos" y "la
fiesta de la espiga", sus ritos, su música, bailes y demás, han llegado hasta
nuestros días gracias a la agricultura, los romances y los juglares. Cuando por
alguna razón se perdieron, en un lugar, alguien ha puesto su empeño para
recuperarlos.
Son curiosas las coincidencias, a
veces rocambolescas, casi premonitorias del Romancero citado, en la España
actual, que dejó de ser campesina sin olvidar el amor y el interés.
La
espiga
Pese a que
actualmente, son escasos los agricultores respecto a épocas pasadas, la vida
sigue, y con el tiempo se recuperan viejas tradiciones. La vega del Henares, es
un ejemplo.
Cuenta El Heraldo del Henares la
recuperación de la Fiesta de la Espiga,
en Azuqueca de Henares, que se había perdido allá por los años 70 del siglo
pasado. En el mes de mayo, "cuando los trigos encañan y están los campos
en flor", se rondaba a la Patrona, se honraba a San Isidro Labrador y
bendecían los campos ya espigados. Llevaban en caballería algunos haces de
espigas hasta el parque de la Ermita. La música y el baile marcaban los tiempos
en un entorno festivo. Pasaban del aspecto religioso al aspecto más social:
"cuando los enamorados van a servir al amor".
"El mozo le ofrecía una espiga a
la que había sido primero objeto de sus rondas y después su pareja en los bailes. Si
la moza aceptaba la espiga que se le ofrecía estaba aceptando la relación
propuesta. De ser así se acababa de formar una pareja de novios que, casi con
toda seguridad, acabaría en matrimonio".
https://www.elheraldodelhenares.com/pag/noticia.php?cual=34528
La espiga, es siempre un bello
símbolo, de la semilla que ha brotado y comienza a dorar. Necesita ser recogido
con esmero en la siega y luego llevado a los graneros o los silos, para
finalmente convertirlo en harina y luego en alimento. El trabajo de la siega,
la trilla en la era y la cosecha del grano, que antaño implicaba a toda la
familia y era de una gran belleza, con la maquinaria actual se ha reducido en
tiempo y espectacularidad. La mies es cosechada de las tierras casi de un día para otro. Tan solo un surco de paja queda como rastro,
por donde pasó la cosechadora.
Los jóvenes de hoy solo han escuchado
de sus padres o abuelos las viejas tradiciones de la cosecha del cereal. Aunque
en los pueblos, el lugar físico de las eras, sigue en las afueras de los
mismos, han dejado de tener la utilidad que por su nombre se podía esperar.
Recuerda el Refranero español que "lo que poco cuesta, en menos se estima". Así que se recupera la "Fiesta
de la espiga", más por el sentido poético-lúdico de
mantener la tradición para que mozos y mozas, sigan encontrando ocasiones para
disfrutar de la fiesta y ocasiones para enamorarse.
Las autoridades locales o regionales,
cuando una actividad se mantiene durante un cierto tiempo, suelen apoyarla
económicamente, declarándola "de interés turístico". La fiesta de la
Espiga de Azuqueca, en Guadalajara, desde 2011 es ya de interés turístico
provincial.
El
trigo
Cuanto mejor es la espiga, mejor el
grano o cuanto mejor el grano, mejor la harina. Lo saben los agricultores, no
es una perogrullada. Pero muchos desconocen y algunos estiman en poco, tanto la
espiga como el grano. Y sobre todo el
esfuerzo y el trabajo que suponían, siempre pendientes del cielo, del agua, de
los vientos y el sol.
La espiga, terminaba en la era. Pero
el grano que contenía había que llevarlo
cuanto antes al granero o al silo y ponerlo a buen recaudo. Luego, en su
momento, hay que llevarlo al molino, para que se convierta en alimento. Por eso,
ni el agua debe tocarlo ni los amigos de lo ajeno. Como fruto del trabajo, los
agricultores decían, "hay que guardarlo
como oro en paño". El peligro existe, la humedad, los roedores y los
amigos de lo ajeno, que se quieren enriquecer sin trabajar.
Ha sucedido en un pueblo de
Valladolid, llamado Mojados. La Guardia Civil tuvo constancia del robo de
grano, el 13 de mayo, en una nave.
Estaba almacenado y pesado. Se llevaron
909.380 kilos. O sea, 36 camiones. Nada de magia. Un golpe espectacular, planificado
y ejecutado durante varios días. El importe equivalente a 235.000 euros, según "la
Voz de Medina y Comarca" o "elnortedecastilla.es".
Se encontraba en una nave rotulada
como Forestal Cubero SL, un poco
retirada en la carretera VP-9102 de Mojados a Valdestillas. Además de esa nave
hay otras instalaciones de la Cooperativa ACOR, por lo que el trasiego de
camiones es normal y no levantó sospechas, aunque se estuviera desvalijando
todo un almacén y se llevaran una cantidad tan descomunal a plena luz del día.
Según explicaron desde la cooperativa ACOR, son trigos de fuerza que solían
vender normalmente en Aragón, para en harina convertirlo en alimentación
animal.
Este "golpe", es un
síntoma de la corrupción asfixiante por la que atraviesa España. El deterioro
del sistema de valores ha permitido "El
triunfo de los mediocres" y nos ha dejado una crisis que va más allá
de estos o aquellos políticos. Desaparecen miles de millones en las Autonomías,
pero... el dinero lo compra todo y a todos y lo tapa todo.
El de este pueblo de Valladolid es
un gran golpe, pero... los ha habido mayores. Hace unos años, desaparecieron o se
evaporaron 528.000 Tm de carbón, pertenecientes al Estado. Según los periódicos se habrían necesitado, 16.000
camiones. Mucha oscuridad y poca magia. Aquello suponía nada menos que 46
millones de euros.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/20/economia/1361378225.html
¡Esto
solo lo arregla la Guardia Civil!
Lo decían en el entorno del pueblo
después de denunciar la desaparición del grano. Hay que dejarla trabajar. Últimamente,
la Guardia Civil y concretamente su Unidad Central Operativa (OCU), órgano al
servicio de la Policía Judicial, altamente tecnificada, está investigando y
descubriendo casos y tramas increíbles para que los jueces puedan actuar.
Los agentes comprobaron que ningún acceso
a la nave había sido forzado. Tras esa pista, montaron la operación SILO por
tratarse de grano sustraído, y en 2 semanas han esclarecido uno de los robos
más rocambolescos de este mes de mayo.
Consiguieron identificar a uno de los
clientes que había acudido a la nave a sustraer el cereal con camiones durante
varios días seguidos. Al parecer una empresa harinera de Benavente había comprado
el trigo a otra empresa radicada en Aguilar de Campoo (Palencia). Han detenido en Zamora a dos hombres, de 57 y
42 años de edad, por el robo del cereal.
Según uno de los detenidos la persona
que gestionó el golpe es un vecino de Mojados,
(actualmente en paradero desconocido), que poseía las llaves de la nave,
ya que había sido el propietario de la misma tiempo atrás.
La venta del grano se llevó a cabo a
través de una persona que puso en contacto al vendedor con la empresa de
Aguilar de Campoo, dedicada a la compraventa de cereal, siendo detenido por un
delito de robo en la figura de cooperador necesario.
La realidad supera la ficción. Pero la imaginación se adelantó a los hechos.
El Romance del Prisionero, con un
principio tan bucólico y romántico, como vimos al principio, terminaba de este modo:
"sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuando es de día
ni cuando las noches son,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuando es de día
ni cuando las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón".
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón".
Seguro que los prisioneros, a la sombra, tendrán tiempo para pensar si de
verdad "todo vale", en la vida.
La
espiga, el grano y la prisión son
la paradoja de la educación de un país y de un sistema que se ha esforzado en
enseñar a ganar y triunfar, pero no ha inculcado el respeto, ni el esfuerzo, ni
la constancia y la dedicación para ser feliz y conseguir un propósito.
(NOTA: Las
fotografías del trigo, aves, San Isidro y la Cooperativa ACOR, han sido
tomadas de Internet, si alguien tiene propiedad sobre ellas, no tiene más
que indicarlo y serán retiradas).
José Manuel Belmonte
No hay comentarios:
Publicar un comentario